domingo, 6 de noviembre de 2011

Lágrima

Lágrima,
no te quiero, eres de agua.
Como el río al mar,
la fuente a la sed,
la charca a la nube, tarde o temprano te marchas.
Alegría,
alegría cálida y aúrea,
no te qiuero, eres de sol.
Y hasta el calendario cuenta
que por las tardes te llevas
a otro -¿a qué otro?- lo que
me dabas por la mañana.
Libro,
no te quiero. De papel
cárcel frustrada, ya sabes
que se te irá el prisionero.
Agua que nunca huye,
soles que no se ponen,
libros que no traicionan:
quietud, tiniebla inmóvil, tú, silencio.
Y lo de fuera, sí, sé generoso, afuera.
Más lo de dentro -dulce secreto eterno- adentro.

Pedro Salinas

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