domingo, 13 de enero de 2013

Miguel de Cervantes

Sancho y Quijote. Honoré Daumier

Crueles estrellas y propicias estrellas

presidieron la noche de mi génesis; 
debo a las últimas la cárcel 
en que soñé el Quijote.

J.L. Borges

martes, 18 de septiembre de 2012

La orilla

Portada del disco Undercurrent (1962), de Bill Evans y Jim Hall 

Basta, no hay que pedir más,
luz, amor, treinta de abril.
Hay que fingir que ya tienes
bastante, que estás saciado,
que te sobra lo que queda
de abril
después del treinta de abril.
Dejarlo,
como si pudiera darte
más y tú no lo quisieras.
Porque así te irás creído
que no se acababa nunca
lo que se estaba muriendo.
Te irás
sin sospechar que estuviste
allí al borde de lo último.
Porque aquello, fecha, beso
- cuando tú te despediste
te parecía lo eterno -,
era lo último.
Detrás
el fin sin remedio, el fondo
duro y seco de la nada.
Lo que hubieses visto tú,
si llegas a pedir más
abril al treinta de abril.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Bajo tu clara sombra


Un cuerpo, un cuerpo solo, un sólo cuerpo
un cuerpo como día derramado
y noche devorada;
la luz de unos cabellos
que no apaciguan nunca
la sombra de mi tacto;
una garganta, un vientre que amanece
como el mar que se enciende
cuando toca la frente de la aurora;
unos tobillos, puentes del verano;
unos muslos nocturnos que se hunden
en la música verde de la tarde;
un pecho que se alza
y arrasa las espumas;
un cuello, sólo un cuello,
unas manos tan sólo,
unas palabras lentas que descienden
como arena caída en otra arena....

Esto que se me escapa,
agua y delicia obscura,
mar naciendo o muriendo;
estos labios y dientes,
estos ojos hambrientos,
me desnudan de mí
y su furiosa gracia me levanta
hasta los quietos cielos
donde vibra el instante;
la cima de los besos,
la plenitud del mundo y de sus formas.

martes, 14 de agosto de 2012

El paso del tiempo

Vals Macabre (1906). Gustav Adolphe Mossa

Se hace, pues, inútil
retomar aquellos versos
que guardamos muchos años atrás
e intentar adaptarlos
al nuevo ritmo del tiempo.
Quiero decir que, en conciencia,
ya no puede decirse ahora caridad
ni amor ni libertad como entonces.
Envejecen los versos
y la voz se nos deforma
si no tratamos, tenaces, de entender
que ha cambiado el sentido
vital de las palabras.
Es una pendiente fácil
y resbaladiza, que no nos deja
crecer. Para los que luchan
siempre se hace corto el tiempo;
los otros se extasían
y protestan, airados,
contra cualquier viento que agite
el agua del pilón que los conserva.
Y se mojan entre sí,
displicentes, con las viejas
palabras. Porque el juego
consiste en sentirse
siempre húmedo, convencido, inefable.


Miquel Martí i Pol

martes, 24 de julio de 2012

On his Blindness


Lluvia, vapor, velocidad (1844). Josep Mallord William Turner

Indigno de los astros y del ave
Que surca el hondo azul, ahora secreto,
De esas líneas que son el alfabeto
Que ordenan otros y del mármol grave 

Cuyo dintel mis ya gastados ojos
Pierden en su penumbra, de las rosas
Invisibles y de las silenciosas
Multitudes de oros y de rojos

Soy, pero no de las Mil Noches y Una
Que abren mares y auroras en mi sombra
Ni de Walt Whitman, ese Adán que nombra

Las criaturas que son bajo la luna,
Ni de los blancos dones del olvido
Ni del amor que espero y que no pido.


martes, 19 de junio de 2012

Fábricas del amor


Baile en la Moulin de la Galette(1876). Pierre Auguste Renoir

Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.


jueves, 31 de mayo de 2012

Ahora mismo

Ahora mismo enhebro esta aguja
con el hilo de un propósito que no digo
y me pongo a remendar. Ninguno de los prodigios
que anunciaban taumaturgos insignes
se ha cumplido, y los años pasan de prisa.
De nada a poco, y siempre con el viento de cara,
qué largo camino de angustia y de silencios.
Y estamos donde estamos, más vale saberlo y decirlo
y asentar los pies en la tierra y proclamarnos
herederos de un tiempo de dudas y de renuncias
en que los ruidos ahogan las palabras
y con muchos espejos medio enmascaramos la vida.
De nada nos vale la añoranza o la queja,
ni el toque de displicente melancolía
que nos ponemos por jersey o corbata
cuando salimos a la calle. Tenemos a penas
lo que tenemos y basta: el espacio de historia
concreta que nos corresponde, y un minúsculo
territorio para vivirla. Pongámonos
de pie otra vez y que se sienta
la voz de todos solemne y claramente.
Gritemos quién somos y que todos lo oigan.
Y al acabar, que cada uno se vista
como buenamente le apetezca, y ¡adelante!
que todo está por hacer y todo es posible.



Miquel Martí i Pol

miércoles, 30 de mayo de 2012

Conversación con un amigo

 La jungla (1943). Wilfredo Lam


Se me ha quemado el pecho, como un horno
Por el dolor de tus palabras
Y también de las mías.
Hablamos del mundo, y desde el cielo
Descendía su paz a nuestros ojos.
Hay momentos del hombre en que le duele
Amar, pensar, mirar, sentirse vivo,
Y se sabe en la tierra por azar
Solo, inútilmente en ella.
Como si se tratase de algo ajeno
Hablamos de nosotros
Y nos vimos inciertos, unas sombras.

Con poca fe, con las creencias rotas
Con un madero en la marea,
Con toda la esperanza naufragando
Porque no es la que llega a nuestra barca,
Sólo la caridad nos redimía
Del mal nuestro de ser.
Mirábamos la calle, rodeados
De luz, de tiempo, de palabras, de hombres.



Francisco Brines