domingo, 14 de agosto de 2011

Enigma

El primer dia que salí contigo
dijiste que era estraño tu trabajo.
Nada más. Sin embargo, yo sentía
que mi piel se rasgaba hecha jirones
cada vez que tus manos me rozaban,
y que tus ojos eran como aceros
que hacían que los míos me dolieram.
En adelante siempre fue lo mismo:
Tú te enorgullecías de tu arte,
más sutil y directo cada día,
y yo no comprendía nunca nada.
Ahora lo sé. Conozco ya tu ofício:
Lanzador de cuchillos. Has lanzado
contra mi corazón el más certero.



Amalia Bautista

No hay comentarios:

Publicar un comentario